martes, 9 de mayo de 2017

LA LEY DE LA DEPENDENCIA.
REFLEXIÓN

En la asignatura de Pedagogía Social he tenido que realizar un análisis de la Ley de la Dependencia y he querido compartirlo con vosotros/as.
  
La ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia se aprobó el día 15 de diciembre de 2006 y tiene como objeto regular las condiciones básicas y fomentar la autonomía y la atención a las personas en situación de dependencia.

El colectivo al que va destinado la ley es, fundamentalmente, a las personas mayores que se encuentran en situación de dependencia total o parcial y en general, a toda persona residente en el territorio español y que tengan alguna discapacidad que dificulte su autonomía.

Analizando las distintas noticias sobre esta ley y la situación en la que se encuentran las personas dependientes puedo concluir que la ayuda aportada por el Estado resulta más que insuficiente. Según el periódico “El País” mueren al día 90 personas en situación de dependencia sin recibir ninguna ayuda y el gobierno destina sólo el 17% cuando debería ser el 50%.

Desde mi punto de vista creo que todo el mundo merece vivir en condiciones dignas y sanas y me parece indignante que el gobierno se dedique a gastar el dinero en cosas inútiles que ni se usan en vez de destinarlo a las personas que realmente lo necesitan. Además, un 29% de las personas que deberían recibir esta ayuda por derecho no la perciben debido a la congelación de las prestaciones concedidas a consecuencia del paquete de recortes aprobado por el Gobierno en 2015.

También podemos ver como esta ley no protege a todas las personas dependientes, como por ejemplo a los enfermos de ELA, que no reciben esta ayuda porque su esperanza de vida es demasiado corta. Me parece lamentable que personas con esta enfermedad no reciban ningún tipo de ayuda cuando tienen el mismo derecho que cualquier otra a poder vivir dignamente independientemente del tiempo de vida que les quede. Debe ser durísimo para una familia no percibir ningún tipo de ayuda para poder cuidar de una persona enferma cuando todo el mundo sabe la gran inversión que hay que hacer para mantener a una persona en esta situación.

A modo de conclusión, me gustaría destacar que creo que le debemos mucho a las personas mayores por todo lo que han hecho y hacen por nosotros, y se debería hacer todo lo posible por procurar su bienestar. Al final lo único que encontramos es que se siguen recortando las pensiones, se siguen rebajando las ayudas, cada vez es más difícil poder percibirlas y por si no fuera poco no paran de poner dificultades a las personas no profesionales que se encargan del cuidado de nuestros mayores.





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